sábado, 6 de abril de 2013

El viaje de vuelta de Penny Taylor

Es un día tranquilo y libre de nubes en Melbourne. Penny Taylor se sienta, sólo por un momento, en una cafetería junto a la bahía. 

Ella ve la luz del sol reflejándose en el agua.

Una sensación gratificante de la paz que sigue con cada respiración, pero ella toma conscientemente la decisión de no dejar que la serenidad se transforme en autocomplacencia. 

"Un año", murmura suavemente para sí misma.

Cuando ese pensamiento entra en la mente de Taylor, su estado de ánimo cambia. Su sentimiento de paz rápidamente se convierte en motivación y mayor claridad. 

A diferencia del océano dócil que ella mira, el viaje de Taylor en el último año no ha sido tan tranquilo. Pero, para su crédito, Penny Taylor siempre ha entendido, que en el fondo, la lucha tiene un valor incalculable - incluso cuando la noche es más oscura.

Como dice la autora Sarah Dessen: "Cuando algo es difícil de conseguir, vas a hacer todo lo posible para asegurarte de que es aún más difícil -si no imposible- de perder".

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Penny Taylor empezó a jugar al baloncesto profesional en Australia cuando tenía sólo 15 años. Desde entonces, el periodo de tiempo más largo que ha estado sin jugar fueron nueve semanas (debido a una lesión de tobillo en 2009, que le impidió unirse a las Mercury hasta la mitad de la temporada). 

Sorprendentemente, Taylor ha jugado al baloncesto prácticamente todos los días de su vida desde que tenía cuatro años de edad.

Uno puede imaginar, lo difícil que habrá sido el último año para la All-Star. Después de que Taylor se rompiera el ligamento cruzado anterior (ACL) en 2012 cuando jugaba con el Fenerbahçe ante el Galatasaray, la rehabilitación ha sido una montaña rusa. 

Taylor comenzó la rehabilitación de su rodilla en Australia y continuó mientras estaba en Phoenix a lo largo de toda la temporada 2012. Desafortunadamente, en este tipo de lesiones, el proceso de rehabilitación es muy aburrido. Los ejercicios con repetitivos y para el paciente es más fácil decirlo que hacerlo, pueden pasar semanas y meses sin ver progresos.

"Como atleta, te dices a ti mismo que todo está bien", dijo Taylor. "Pero para todo lo que estaba haciendo durante el verano y el otoño, mi rodilla no estaba respondiendo como debería". 

Taylor dijo que tuvo una batalla interna que la enfrentó varias veces durante ese periodo de tiempo del que aún es difícil hablar. Durante más de la mitad de su vida, el baloncesto se ha entretejido en su ser. Por un lado, sabía que era importante tener la rodilla bien y no tener prisa por volver. Por otro lado, eso era un territorio completamente desconocido para ella. Fue especialmente frustrante durante el proceso saber que no estaba haciendo nada mal.

"Me decía a mi misma que sólo necesitaba más tiempo2, dijo. 

Pero en noviembre de 2012, llegó un punto en el que Taylor sabía que algo no estaba bien. Finalmente, una resonancia magnética reveló que tenía cartílago flotando en la rodilla que requirió otra cirugía menor. A veces, pequeños trozos de cartílago pueden desprenderse y flotar alrededor de la rodilla, ese era el motivo por el cual la rodilla de Taylor estaba hinchada. Esto no es raro en lesiones como la que sufrió Taylor, pero eso no significa que enfrentarlo no necesite un esfuerzo.

"Era mucho para llevar a la vez", dijo Taylor, esta fue la parte más difícil de su viaje. "Ha sido una prueba. Quiero decir, he trabajado muy duro para recuperar la fuerza y la movilidad. Yo estaba haciendo todo bien. Una vez más, como un atleta, es desalentador dar marcha atrás. Nunca he dudado, pero si soy sincera, ha puesto mi paciencia a prueba". 

Desde ese momento, Taylor se ha sentido mejor cada día. En enero, contrató a un entrenador para ayudar a mejorar su mecánica mientras corre, además de mantener una postura correcta, la colocación y la forma. Taylor también ha estado trabajando con un entrenador de fortalecimiento en Australia que entrena futbolistas "famosas" (en palabras de Taylor) y levantadores de pesas.

"Los últimos tres meses han sido muy, muy positivos2, dijo Taylor con confianza. "En cuando a donde estoy ahora, es noche y día desde donde yo estaba, en noviembre. Me alegro de haberme tomado el tiempo extra para llegar al 100% en lugar de volver a jugar en menos tiempo. Yo, obviamente, no lo sabía en ese momento, pero ahora veo que todo sucede por una razón. Me dio un poco de tiempo para estar con mi familia en Australia. Físicamente, estoy viendo como mis fuerzas vuelven y todo ha estado respondiendo muy bien des hace meses. Es una gran sensación".

Un día típico para Taylor ha consistido en correr dos horas por la mañana con su entrenador, otras dos horas de pesas y pilates, seguido por el tratamiento para la rodilla con un fisioterapeuta. En el último par de meses, Taylor ha incorporado el baloncesto a su régimen de entrenamientos con un enorme éxito - y el dolor o la hinchazón han desaparecido.

Para decirlo sin rodeos, Penny Taylor está de vuelta. 

"Cuando el balón está en mis manos, no pienso en mi rodilla", dijo Taylor con voz alegre. "Es muy emocionante para mí. Me siento una jugadora de baloncesto de nuevo".

Después de su entrenamiento diario, el resto del día consiste en ponerse hielo en la rodilla, descansar y pasar tiempo con su madre, quien sigue combatiendo al cáncer. 

"Tengo gente maravillosa a mi alrededor que me han ayudado desde el punto de vista físico y emocional", añadió Taylor. "Tengo un montón de fuerza de ellos. Ahora, me siento más fuerte que nunca en ambos aspectos. Sé que suena raro, pero me considero muy afortunada".

Taylor tiene mucho que esperar del 2013. Las Mercury elegirán en primera posición en el draft de la WNBA. Taylor dijo que no recuerda un momento en el que estuviera más emocionada por volver a la pista. 

"Egoísta, sólo quiero ser parte del equipo de nuevo", dijo. "Eso es lo que me perdido la mayor parte del tiempo -estar cerca de los jugadores y el staff técnico". 

"Yo, literalmente, no puedo esperar para volver a Phoenix y seguir adelante."

Articulo OriginalPenny Taylor's Journey Back by Ben York

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